Nos acercamos al final de esta extensa crónica para contaros nuestro paso por el Sonorama Ribera 2022, pero antes de terminar, aún nos quedan dos jornadas por delante. Y si ya las dos primeras fueron de lo más intensas, la del sábado y el domingo tampoco se quedaron atrás.
De hecho, durante la mañana del sábado, se produjeron dos momentos históricos en el festival arandino que permanecerán en nuestra memoria para siempre: el bautismo de fuego de nuestros queridos Arde Bogotá en la Plaza del Trigo y la despedida de Izal del escenario donde se podría decir que empezó todo. Un grupo veterano que se despide, al menos de forma indefinida, y uno emergente que empieza a despuntar. No podría haber salido mejor ni a propósito.




Pero empecemos por el principio. Eran las 14.00h y en la Plaza del Trigo ya no entraba ni un alfiler. La expectación por ver debutar a los de Cartagena en tan mítico escenario era alta y nadie se lo quería perder. Yo me encontraba detrás, en el backstage, así que pude percibir el nerviosismo de los cuatro antes de salir a escena. Pero también se veía lo ilusionados que estaban y las ganas que tenían de dejarse la piel ahí arriba. Los últimos abrazos, algunos estiramientos y tras su grito de guerra (¡Cartagena nunca se rinde!), Antonio, Jota, Dani y Pepe, acompañados por el gran Pedro Quesada a la segunda guitarra, subían las escaleras que les llevaban al éxito.

Y es que es bien sabido que todas las bandas que pisan El Trigo en sus comienzos terminan por consolidarse y triunfar. Véase los casos de Izal, Supersubmarina y tantos otros que han pasado por allí en estos 25 años de vida del festival. Así que sin duda alguna, este es un paso muy importante para Arde Bogotá, el principio de un camino que les llevará a donde ellos quieran llegar.

Además, si hay algo bueno que tiene este grupo, es su manera de conectar con el público. Nada más sonar los primeros acordes de Dangerous, la gente ya estaba bien arriba y no dejaron de cantar ni saltar en ningún momento. Temas como Cariño, Big Bang o Millenial se sucedían sin darnos tregua hasta llegar a uno de los momentos más especiales del concierto, ya que pudimos disfrutar por primera vez en directo de Sin Vergüenza, la colaboración que han sacado junto a Dani Fernández, que hizo su aparición para compartir con ellos este instante sobre las tablas.

Otro de los temas claves del grupo, Exoplaneta, logró emocionar a todos los presentes y consiguió que por un segundo Aranda de Duero se transformase en Cartagena y la Plaza del Trigo en La Alameda, siendo este uno de los momentos más emotivos de la puesta de largo de los cartageneros. Y es que el concierto fue in crescendo a medida que avanzaba hasta llegar al clímax con ese trío de ases que son Te van a hacer cambiar, Antiaéreo y Abajo, con la que literalmente la Plaza del Trigo se vino abajo entre saltos, agua y confeti, que nos hicieron terminar exhaustos tanto a ellos como a nosotros. Enhorabuena, chicos, definitivamente, esto solo acaba de empezar.

Pero aquí no acababan todas las sorpresas de la Plaza del Trigo de esta mañana de sábado, y es que sin apenas habernos recuperado aún, Ajenjo hizo su aparición para anunciar al grupo sorpresa de esta jornada, nada más y nada menos que Izal. Y es que este Sonorama ha sido el Sonorama de los recuerdos, los homenajes, los tributos y el repaso a todo lo que ha sido el festival en todos estos años.
Por eso, era más que necesario revivir un momento tan mítico como este y tener de nuevo a Mikel Izal y los suyos en El Trigo, rememorando canciones como Copacabana, Pequeña Gran Revolución o Magia y Efectos especiales así como temas más recientes de la banda, como Hogar, Pausa o Autoterapia, de sus últimos discos. Además, como os comenté anteriormente, ellos también quisieron acordarse de sus amigos de Supersubmarina, interpretando LN Granada, uno de los temas más significativos del grupo, haciendo que las emociones estuvieran a flor de piel durante todo el concierto.




La tarde en el recinto empezaba fuerte, ya que había muchos grupos a los que queríamos ver y muy poco tiempo para ello, así que voy a centrarme en los más importantes para no extenderme demasiado. Aún así tengo que mencionar los conciertos de Tu Otra Bonita, Rufus T. Firefly y nuestros queridos amigos de La M.O.D.A., que dieron tres shows impecables y a la altura de esta gran celebración de la música que es el Sonorama Ribera.






Pero, sin duda alguna, la jornada del sábado venía marcada por dos grandes nombres propios que destacaban sobre el resto: Kodaline y C. Tangana. El grupo liderado por Steve Garrigan llegaban al Sonorama con ganas de comerse el escenario y vaya si lo hicieron. Con un repertorio formado por sus mejores temas nos hicieron bailar y saltar desde el minuto uno de concierto. Además, Steve no dudó en mostrarnos su maestría al piano mientras Mark Prendergast enloquecía al respetable con sus maravillosos riffs y solos de guitarra.

Es innegable que los irlandeses cuentan con una gran base de seguidores aquí en España, ya que siempre que se dejan caer por nuestro país agotan todas las entradas. De hecho, si os los perdisteis en el Sonorama, tranquilos que tenéis otra oportunidad para verles, ya que el 11 de noviembre estarán en la mítica sala La Riviera como parte de su gira «Our Roots Run Deep Tour».

Canciones como All I Want, Brother o Wherever You Are se dejaron oír en Aranda de Duero aunque indudablemente uno de los momentos álgidos de la noche fue cuando cantaron uno de sus temas más aclamados, High Hopes, que todos coreamos a voz en grito como si nos fuera la vida en ello, mientras el confeti caía a nuestro alrededor, creando una energía tan bonita entre público y banda que es imposible de describir con palabras. Y es que el público no podía estar más entregado con los irlandeses, participando activamente en el concierto, encendiendo las linternas de los móviles durante uno de los temas y demostrando que se sabían las canciones de principio a fin. Gracias, Kodaline, por regalarnos un momento tan bonito que nunca olvidaremos y que esperamos repetir muy pronto en el concierto de La Riviera.

Continuamos con el otro gran nombre del sábado, «El Madrileño», también conocido como C. Tangana, que nos invitó a su fiesta particular, en la que no faltaron los amigos, los brindis, los chupitos, las guitarras y hasta los fuegos artificiales. Todo un despliegue cinematográfico en el que se cuidan todos los detalles, hasta tal punto de despedirse con títulos de crédito como si de una película se tratase.

Como en toda buena fiesta, hubo momentos para todo, para ponerse romántico, para venirse arriba, para no dejar de bailar y hasta para hacer confesiones. Un extenso repaso a toda su discografía con canciones como Te olvidaste, Cambia!, Comerte entera, Párteme la cara o Ateo, aunque en esta ocasión no le acompañó Nathy Peluso, pero sí que tuvo una buena sustituta. También hubo hueco para las versiones, entre ellas, No estamos locos, de Ketama, o Aunque tú no lo sepas, de Los Secretos.


Tranquílismo a ritmo de fuegos artificiales, Llorando en la limo o Muriendo de envidia, nos preparaban para la recta final del espectáculo, porque era eso lo que estábamos viviendo, todo un espectáculo. Yo reconozco que no soy especialmente fan de C. Tangana, pero creo que este concierto es algo que hay que ver al menos una vez en la vida. Con Tú me dejaste de querer, el Sonorama se convirtió en una pista de baile infinita, que ya no decayó en lo que quedaba de show, el cual terminó con Antes de morirme y Un veneno para cerrar el ciclo con Al Di La, de Emilio Pericoli, mientras pasaban los títulos de crédito. FIN.

Para terminar, hay que hablar del Concierto del 25 aniversario, dirigido, como os mencioné anteriormente, por Charlie Bautista y en el que diferentes artistas que habían participado en el festival, como Antonio de Arde Bogotá, Alberto de Miss Caffeina o Carlos de Jack Bisonte, fueron subiéndose al escenario para interpretar temas que han formado parte de la vida del festival, como John Boy de Love of Lesbian, que fue el que cantó Antonio, dándole su toque personal. La verdad es que la idea era buena, muy buena, pero quizá la hora tan tarde y justo después del concierto de C. Tangana, no le favoreció en absoluto, ya que mucha gente se marchó a casa tras el despliegue de «El Madrileño».
Quizá habría sido más acertado ponerlo por la tarde o al menos un poco más temprano, sobre las 22.00h, para que la gente pudiera disfrutar viendo a artistas, tanto jóvenes como consagrados, interpretar canciones que han sonado en el Sonorama estos 25 años y que forman parte de la banda sonora de nuestras vidas. Aún así, fue un bonito homenaje para cerrar esta tercera jornada tan intensa del Sonorama Ribera y prepararnos para la última, que nos esperaba al día siguiente, pero eso os lo cuento en la cuarta y última parte de esta crónica.
CONTINUARÁ…
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