Arrancamos con la jornada del sábado del Mad Cool, una jornada que estuvo marcada claramente por la maravillosa Florence Welch, aunque también por los otros grandes nombres del cartel como Pixies, Editors, Kings of Leon o Royal Blood.

Sin embargo, el primero en subirse al escenario principal fue Guitarricadelafuente, que se encontró con la ardua tarea de animar a los primeros festivaleros que se acercaron a verle a pesar del calor de las primeras horas de la tarde, y es que la jornada del sábado fue, sin duda alguna, una de las más calurosas.
Aun así, esto no fue un impedimento para que diera un concierto a la altura en el que no faltaron sus temas más aclamados como El Conticinio o Guantanamera y también algunas versiones, como Maldita Dulzura, de Vetusta Morla, La Llorona o Nana triste, que sacó hace ya un tiempo junto a Natalia Lacunza. Terminó con A mi manera, pero por falta de tiempo el sonido se cortó antes del final de la canción.

Tras Guitarricadelafuente, la jornada continuaba en el segundo escenario, llamado «Madrid is life», donde Leon Bridges nos hizo bailar con canciones como Beyond, Texas Sun, en la que colabora con Khruangbin, o River, entre otras, consiguiendo que todos nos dejáramos llevar por su groove y nos olvidáramos de los problemas por un momento.



No había tiempo de entretenerse, porque Gang Of Youths, a los que también descubrimos gracias al Mad Cool, actuaban en el escenario «Region of Madrid», mientras Pixies hacían lo propio en el escenario principal así que tocaba dividirse y ver un poco de ambos antes de prepararse para uno de los platos fuertes de la noche, Kings of Leon.


Los estadounidenses dieron un concierto extenso en el que tuvieron tiempo de repasar gran parte de su discografía, desde The Bandit hasta Manhattan, de Waste a Moment a Radioactive, todo envuelto en un sonido perfecto y cuyo momento álgido fue con una de sus canciones más conocidas y esperadas, Use Somebody, que todos coreamos a voz en grito, incluso los que no estábamos en las primeras filas, si no detrás o guardando sitio en el escenario principal para ver a Florence + The Machine, que actuaban a continuación. Un momento de comunión perfecta entre banda y público, todos unidos por una de las canciones más intimistas y sentidas del grupo.
El concierto proseguía con Knocked Up, Fans y The Bucket, para terminar de explotar con Sex On Fire, aunque antes de este momento, Caleb se venía arriba y nos confesaba lo mucho que le gustaba Madrid, y es verdad que se les veía muy a gusto en el escenario. Sin duda, un gran concierto que nos dejó con los ánimos bien caldeados para lo que se avecinaba.

Aunque aquí debo confesar que se sucedía uno de los grandes solapes de esta jornada y tuvimos que sacrificar el concierto de Editors, que tocaban en el escenario 3, para poder ver a Florence + The Machine. Pero desde luego, mereció la pena perdernos a los británicos, porque Florence Welch estuvo soberbia sobre las tablas.
Con una túnica tan roja como su larga cabellera y descalza, emerge Florence Welch desde el fondo del escenario, con una apariencia casi etérea, como si de un hada o una ninfa del bosque se tratase. Y lo hace suyo, llena cada centímetro del escenario, corriendo de un lado para otro mientras se suceden canciones como Heaven is Here, con la que abre la noche, What Kind of Man, Free o Cosmic Love, entre otras.

El público la acompaña con sus voces y también con sus atuendos, ya que en las primeras filas se perciben coronas de flores y vestidos blancos, como si de una comunidad mágica se tratase. Y la adoran, la adoran cuando baja del escenario para mezclarse con ellos, fundirse entre una maraña de brazos y manos que se mueren por tocar a su ídolo.
My Love, Big God y Spectrum se suceden a continuación hasta llegar a uno de sus temas más aclamados, Never Let Me Go, que todos repetimos tras ella como si de un mantra se tratase. Entretanto, Florence se confiesa, nos dice que está siendo una noche increíble, nos da las gracias por el amor que están recibiendo y nos insiste en la importancia de cuidarnos y querernos los unos a los otros.

Y es que aquí hay que decir que éste ha sido uno de los mensajes recurrentes del festival, ya que Dan Reynolds, de Imagine Dragons, y algún otro artista más también, han querido mandar el mismo mensaje durante sus actuaciones. Y se agradece, no solo por la coincidencia con el Orgullo, si no porque en este mundo en el que vivimos a todos nos iría un poquito mejor si les hiciéramos caso y cambiáramos el odio y la violencia por amor.
Pero volviendo al concierto, Hunger daba paso a los bises, que llegaban de la mano de Shake it Out, otro de sus temas más conocidos y en el que todos nos dejábamos llevar por la «fiebre del baile», por hacer una referencia a su último trabajo, y Rabbit Heart (Raise It Up), tras el cual, Florence concluía el concierto visiblemente emocionada con un «gracias, Madrid» en perfecto castellano y asegurando que nosotros éramos el show.

Gracias a ti, Florence, por un concierto exquisito, casi mágico, diría yo, con el que cerramos esta cuarta y penúltima jornada del Mad Cool Festival 2022. Los más valientes se quedaron para ver a Royal Blood, que eran los encargados de cerrar el segundo escenario esa noche, pero a nosotras aun nos quedaba una jornada por delante y teníamos un largo camino de vuelta a casa.
Y es que es verdad que volver desde el recinto ha sido un poco complicado, sobre todo los primeros días, aunque gracias a las lanzaderas que pusieron a Cibeles pudimos solventarlo sin tener que caer en la trampa de Uber y sus precios desorbitados. Pero eso da para un artículo aparte… De momento, continuamos mañana con la jornada del domingo, la última de esta edición, que también dio para mucho.
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