Muse, protagonistas absolutos de la tercera jornada del Mad Cool

La tercera jornada del Mad Cool Festival 2022 tuvo como protagonistas a Muse, a los que yo, particularmente, tenía muchas ganas de ver en directo. Pero como siempre digo, no estuvieron solos, ya que ese día compartían cartel con otras grandes bandas como The War on Drugs, Incubus o Alt-J.

Sin embargo, nuestro viernes empezó en el escenario 3, llamado «Region of Madrid», donde Jamie Cullum reunió a un gran número de festivaleros dispuestos a aguantar el sol de primeras horas de la tarde por verle.

Fotografía: Eva Jiménez / Edición: Carol Mejías

El británico nos dio la bienvenida a su «fiesta de baile» arrancando por todo lo alto, atreviéndose nada más y nada menos que con una versión de The Killers, que habían actuado el día anterior en el festival, The Man, para continuar después con más canciones como Taller y Get Your Way. Aunque ésta no fue la única versión de la tarde, ya que también nos deleitó con Shape of You, de Ed Sheeran, antes de dar paso a temas como These Are The Days o When I Get Famous, entre otros.

Obviamente, no pudo faltar el piano, y hay que alabar también la labor de los coristas, que daban aun más énfasis a las canciones, haciendo que ganaran en fuerza y potencia, y que fuera imposible no mover los pies al ritmo de la música. Para el final había reservado You and Me Are Gone y la conocida Mixtape.

Fotografía: Eva Jiménez / Edición: Carol Mejías

De allí nos fuimos directamente a la carpa del escenario 7 para ver a Spielbergs, banda con base en Oslo que descubrimos gracias al Mad Cool y que aprovecharon su paso por el festival para presentar las nuevas canciones que han estrenado este año así como para repasar los temas de su álbum «This is Not the End», lanzado en 2019.

La banda sonora del atardecer del viernes corría a cargo de HAIM en el escenario «Madrid is life». Este, Danielle y Alana nos hicieron bailar con canciones como Now I’m in It, con la que abrieron el concierto, My Song 5, 3 AM, Gasoline o Summer Girl, entre otras, cerrando su paso por el Mad Cool con The Steps.

Aunque sin duda alguna el momento más divertido del concierto fue cuando fingieron la llamada en pleno directo a un «amigo» que respondía al nombre de Federico. Creo que no fui la única que se pensó que la llamada era de verdad. Y es que está claro que a las hermanas Haim no les falta el buen humor, como demostraron durante todo el show, no dejando de bromear e interactuar con el público. De hecho, en un momento dado, pidieron a la gente que se subiese a hombros de sus amigos, algo que al personal de seguridad del recinto no debió hacerles mucha gracia.

Tras las hermanas Haim, le llegaba el turno a The War on Drugs, otro de los conciertos más esperados de esta jornada además del de Muse. Los estadounidenses dieron un concierto redondo en el que no faltaron temas como Old Skin, Pain, Strangest Thing o Harmonia’s Dream. No les hizo falta tirar de efectos visuales, llamaradas o fuegos artificiales como algunos de sus compañeros. Solo con su música y su gran experiencia sobre las tablas supieron convencer al público y llevárselos a su terreno. Dejaron para el final Occasional Rain, momento en el que su líder, Adam Granduciel, aprovechó para presentar a la banda antes de despedirse.

Fotografía: Eva Jiménez / Edición: Carol Mejías

Incubus se adueñó después del segundo escenario para cargarnos las pilas y servir de preámbulo perfecto a los británicos Muse, que tocaban a continuación. Con un show muy parecido al que habíamos disfrutado pocos días antes en La Riviera, Brandon Boyd y los suyos dieron un concierto enérgico que tuvo sus momentos álgidos como ese comienzo tan potente con Nice to Know You o cuando le llegó el turno a la conocida Anna Molly.

Y entonces, por fin llegaba el momento que todos estábamos esperando. El público se agolpaba en las primeras filas (algunos llevaban guardando sitio desde primera hora de la tarde) para ver de cerca a Matt Bellamy y compañía.

Cubiertos con unas máscaras robóticas y vestidos de negro, Muse hacía presencia en el escenario principal dispuestos a regalarnos casi dos horas (el concierto duró algo más de hora y media) de auténtico rock. Como así demostraron al empezar la noche con Will of The People, perteneciente a su nuevo trabajo que verá la luz el próximo 26 de agosto.

A su espalda, unas gigantescas letras en llamas que reproducían las iniciales de este nuevo tema, nos avisaban de que lo que íbamos a vivir esa noche. Y es que los británicos no escatimaron en efectos visuales, atrezzo, fuego y hasta confeti para dar más espectacularidad si cabe al concierto. Canciones como Hysteria, Psycho o Pressure se sucedían a un ritmo vertiginoso mientras Matt se divertía homenajeando a los clásicos introduciendo en algunos temas pasajes con la guitarra de AC/DC, Jimi Hendrix o incluso Guns N’ Roses.

En Won’t Stand Down, el busto gigante de un autómata emergió al fondo del escenario, quedándose allí, vigilante y al acecho, mientras el trío dejaba caer más canciones Stockholm Syndrome o Compliance, otro de los temas nuevos que contendrá su próximo disco y en donde no faltó el confeti, siguiendo con la estela de esplendorosidad que caracteriza a sus directos.

Para la segunda parte del concierto, que fue ganando en intensidad a medida que avanzaba la noche, habían reservado canciones como Time Is Running Out o la aclamada Supermassive Black Hole. También hubo hueco en el repertorio para Plug In Baby y Uprising, para la que Matt se calzó en el brazo izquierdo una especie de guante robótico que emitía sonidos al presionarlo con la mano derecha a modo de teclado, cerrando este bloque con Starlight, dedicada a su hijo Bing.

Los bises llegaron de la mano de Kill or Be Killed, canción inédita que formará parte de su nuevo disco, y que por ahora solo han estrenado en los directos, y Knights of Cydonia, que empezó con una intro de «Man With a Harmonica» de Ennio Morricone y que terminó por desatar la locura de todos los presentes provocando que el final fuera apoteósico.

Alt-J eran los encargados de cerrar esta tercera jornada del Mad Cool, pero el cansancio acumulado de llevar tres días apenas sin parar empezaba a hacer mella en nosotras así que, aunque me hubiera gustado verlos, decidimos irnos a descansar y coger fuerzas para Florence and The Machine, que nos esperaba al día siguiente.

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