Seguimos recordando los últimos conciertos a los que hemos asistido. En esta ocasión, le toca el turno a Siloé, que el pasado 16 de octubre nos regalaron una noche muy especial en Salamanca, tocando en The Irish Theatre dentro del ciclo de Vibra Mahou organizado por Moon Project en la ciudad.
Desde mediados de este mes hasta el próximo 18 de diciembre grupos y artistas tan variados como Ricardo Lezón, Valira, Rubén Pozo, Club del Río, Venturi o Comandante Twin recorrerán las salas salmantinas para ofrecernos los mejores directos. La Chica de Ayer, el Potemkin, CVM Laude o The Irish Theatre se llenarán de música hasta final de año, demostrando que es posible crear escena fuera de la capital y reivindicar las salas como espacios donde se gesta verdaderamente la música. Las entradas para cada concierto ya están disponibles en Wegow.

Inicialmente, el concierto de Siloé estaba previsto que tuviera lugar en CVM Laude, pero problemas técnicos ajenos a la banda hizo que tuvieran que «mudarse» en el último momento a The Irish Theatre, pero esto no les perjudicó, si no todo lo contrario, ya que esta sala con aire de teatro antiguo, resultó ser el telón de fondo ideal para el show que tenían preparado los vallisoletanos.
Asegurándonos que íbamos a vivir el mejor concierto de nuestra vida, Fito y Xavi eligieron un tema tan especial como La Niebla para abrir la noche y cumplir su palabra. Sombra de ti e Invasor llegaron a continuación, empezando esta parte del concierto de forma más íntima y tranquila, ya que tenían un as bajo la manga para el final del concierto que ninguno nos esperábamos. Seguimos recordando canciones icónicas de la banda como La vida que me das o El Poder.

Entre medias, Fito aseveraba que la vida que nosotros le dábamos a ellos, nos la querían devolver en forma de canción. Y es que el público fue entrando en materia según avanzaba la noche, coreando todas y cada una de las canciones y demostrando estar a la altura de las circunstancias. Entonces, llegó uno de los temas más esperados de la noche, Única, que enlazaron con Luna Menguante, para terminar de emocionarnos a todos cuando Fito bajó del escenario y se colocó entre el público para cantar La Verdad, una de las canciones más conocidas y aclamadas de la banda.

Sin duda, fue uno de los momentos del concierto. Aunque no fue el único, ya que Xavi se sumó a continuación para hacer un homenaje a la jota castellana, aportando su arte con el pandero zamorano al son de Contemos Aullidos. Sin darnos tiempo apenas para recuperarnos, el concierto continuaba con Minas de Sal y Julieta, ya de nuevo con ambos sobre el escenario. Entonces, volvían a sorprendernos con una particular versión de sus amigos de Miss Caffeina, Merlí, que Fito aprovechó para vendernos el merchandising que habían traído, confensando haber estropeado la canción pero demostrando tener una gran capacidad de improvisación, eso desde luego.

Tras este momento distendido y de risas, el final de la noche se acercaba, pero empezaba el show electrónico y la rave de Siloé, en el que fue imposible no levantarse y bailar como si nos fuera la vida en ello al ritmo de la traca final que nos habían preparado: Sigo Pensando en Ti, Levita y Ven y Súbeme al Cielo. Desde luego que consiguieron que todos subiéramos al cielo, ya que el subidón que nos provocaron es difícil de explicar con palabras. Y es que confluían tres factores en esa noche mágica: la relajación de las restricciones de la música en directo, las ganas que había de vivir un concierto de pie, olvidándose por fin de las sillas, y la necesidad imperiosa de dejarse llevar que provocan Siloé en cada actuación.
Por eso, si se puede definir de alguna manera el final del concierto, no se me ocurren mejores adjetivos que apoteósico, emocionante y único, con todos (público y banda) bailando y saltando en medio de la sala como si no hubiera un mañana. Gracias Siloé por esta noche tan mágica que nos regalasteis y gracias a Moon Project y Vibra Mahou por seguir apostando por la música en directo y hacer que las salas salmantinas vuelvan a sonar gracias a este maravilloso ciclo.
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