El pasado 11 de abril acudimos a la cita con Siloé y Floridablanca en la mítica sala Joy Eslava de Madrid, como parte de la programación del ciclo de conciertos Mad Town Days by Jim Beam que tiene lugar en la capital en cada estación del año y que abarca diversos géneros musicales.

Los encargados de abrir la gran noche que teníamos por delante, fueron los madrileños Floridablanca, que convirtieron la Joy Eslava en una auténtica pista de baile con sus ritmos bailables y sus canciones optimistas y pegadizas. Un letrero luminoso con el nombre del grupo situado tras el escenario, las chaquetas brillantes que portaban todos sus miembros y la bola de discoteca del techo, pusieron el punto disco al concierto, haciendo que todos los asistentes nos metiéramos aun más en el papel y no dejáramos de bailar desde el minuto uno.
Verte hacerlo fue la canción elegida para comenzar el concierto y dejar claro sus intenciones para esa noche: hacernos disfrutar tanto como lo estaban haciendo ellos desde que salieron al escenario. Sergio, el vocalista y líder del grupo, no dejó de moverse en ningún momento ni de interactuar con el público, que tampoco dudaron en corresponderle y darlo todo con los temas que siguieron a continuación, como Reflejo o Buscando el equilibrio, una de las canciones más aclamadas de la banda.

Después, le llegaba el turno a Arya/Eleven, tema estrenado apenas unos días antes y que por tanto, pudimos escuchar en primicia en directo en el concierto. Para continuar con Deseo.Espejos.Olvidar, Héroes Derrotados y Talk Talk. También hubo espacio en el setlist para las versiones y es que se atrevieron con una versión renovada de September de Earth, Wine & Fire, con la que volvimos al pasado por un instante y sacamos a relucir nuestros mejores pasos de baile.

El final se acercaba, pero aun quedaban dos grandes temas que tocar, Leyendas y Solo de Madrugada, que pusieron el broche de oro a un concierto enérgico, potente y divertido con el que no paramos de bailar en ningún momento.
Tras ellos, le llegaba el turno al otro plato fuerte de la noche, Siloé, grupo al que siempre es un gusto ver, y no solo porque sean paisanos. Fito Robles y Xavi Road forman un tándem perfecto que demuestra que no es necesario contar con un gran número de músicos en el escenario para llenarlo por completo, ellos dos solo se bastan a la perfección.

Nada más salir al escenario, se podía palpar la entrega del público y las ganas que teníamos todos de ver a Siloé en acción, quienes, tras la intro, eligieron su tema Cerezos, para comenzar el show. Un concierto cercano, intimista y emotivo con el que conquistaron a todos los presentes desde el minuto uno.

En su repertorio no podían faltar canciones como Invasor o Daños trágicos, aunque sin duda, dos de las más esperadas fueron El Poder y La Verdad, pertenecientes a su álbum La Verdad, y cuyas letras consiguen transmitir tanto que es difícil de explicar. Al igual que es difícil encontrar las palabras adecuadas para describir la fuerza y la emoción de Fito sobre el escenario, manteniendo en todo momento la conexión y el feeling con el público, que también estaba totalmente entregado.

Una de las sorpresas del concierto, fue la colaboración del saxofonista Juan Antonio Chás, aportando un toque especial a las canciones. Aunque no era el único as que tenían guardado bajo la manga los vallisoletanos. Marwan salía al escenario para compartir con Fito una preciosa versión de Madrid, canción con la que no puedo sentirme, al menos en mi caso, más identificada. La complicidad entre ellos era más que patente y es que sus voces se complementaban tan bien, que consiguieron emocionarnos a todos los allí presentes.
Antes de irse, Marwan quiso dedicar unas palabras al grupo, diciendo que eran «unos maquinones» y que en unos años iban a estar reventando grandes escenarios, así que nos podíamos sentir afortunados, ya que en unos años podríamos decir que habíamos estado en esta primera Joy Eslava del grupo. Y es que era la primera vez que Siloé pisaban la Joy, aunque estoy segura de que como dice Marwan, esta no va a ser la última vez que lo hagan.

Para el final, tenían reservados grandes temas, como el emocionante Atlas, canción que creó una magia especial en la sala antes de encarar el final del concierto con Minas de Sal, Tal cómo sucedió, y por supuesto, uno de los temas más icónicos del grupo, La Niebla. El concierto no podía acabar de otro modo que con Fito bajándose del escenario para entremezclarse con su público, que no dudamos en corear con él y darlo todo, terminando el concierto por todo lo alto. Es más, una vez concluido y con Fito y Xavi en medio de la sala, no dudaron en darnos las gracias a todos por la gran noche que habíamos vivido y por estar siempre ahí, aunque el regalo es mutuo, ya que ellos nos habían regalado un concierto exquisito que permanecerá mucho tiempo en nuestras retinas y que esperamos poder repetir en breve.
Y así, con los ritmos bailables de Floridablanca y el intimismo y la fuerza de Siloé, pusimos el broche de oro perfecto a una gran noche en la que la música y nada más que la música fue la protagonista. Gracias al ciclo Mad Town Days by Jim Beam por seguir apostando por la música en directo.
¡Nos vemos muy pronto!
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