Una nueva edición del Inverfest llega a su fin y lo hace por todo lo alto con el concierto que dieron los almerienses Nixon en la mítica sala madrileña El Sol el pasado jueves 7 de febrero. Un concierto en el que estuvieron rodeados de grandes amigos y que supone un gran paso para la banda, que actualmente se encuentra presentando su último trabajo, Utopía, a lo largo y ancho de la geografía española, cosechando éxitos y conquistando escenarios allá por donde pasan.

Conquistar el de la Sala El Sol no era un objetivo sencillo, pero ellos lo consiguieron, y no solo eso, si no que lo hicieron con muy buena nota, teniendo en cuenta que era jueves y que su concierto coincidía con otras propuestas musicales en la capital.
«Hagamos una fiesta…». Esta es la premisa con la que comienza La Fiesta, uno de los temas de Utopía, y está más que claro que se lo tomaron al pie de la letra. Porque eso es lo que hicieron, una auténtica fiesta de baile, buen rollo y sobretodo, buena música. Tras subir la temperatura y hacer que todos nos viniéramos arriba con esta canción, la noche continuó con Niebla, otro de los temas más enérgicos del grupo, para dar paso a uno de los momentos culmen del concierto (y eso que no había hecho más que empezar) con Gravitacional, en el que contaron con la primera colaboración y el primer invitado de la noche, Adrián de Nunatak. Con gran complicidad entre él y Alex, vocalista de la banda, nos regalaron una interpretación exquisita de esta canción, que ya de por sí es un hitazo, pero sumando el talento de ellos dos se convierte en insuperable.
Después de este momentazo, llegaba la hora de recordar temas de sus trabajos anteriores, como Echo de menos Berlín y Viaje interestelar, pertenecientes a El último fuego (2015) y Alter Ego (2014), respectivamente, antes de dar paso al segundo invitado de la noche. El gran Fito, de Siloé, salía al escenario para sorprendernos a todos con una magnífica versión de Utopía, tema que da nombre al disco y en el que tanto Alex como Fito lo dieron todo, llenando la canción de giros y matices y dejándose la piel en cada nota. Sin duda, fue otro de los grandes momentos del concierto, y es que Fito con su particular estilo hizo que la canción cobrara una nueva dimensión hasta ahora nunca vista.

Los invitados seguían pasando por el escenario aunque antes de presentar al siguiente, Alex hacía un inciso para contarnos que la canción que venía a continuación era un tema nuevo que habían compuesto y que no se habían dado cuenta de que se llamaba igual que un tema del grupo del invitado que iban a presentar en ese momento, Alex de Kitai. La canción, Cadáver exquisito. Solo os podemos decir que es un pepinazo y que nos dejaron sin palabras, en serio, cuando la escuchéis nos daréis la razón, porque se han superado con ella.
Aun sin recuperarnos de este despliegue de virtuosismo en todos los sentidos, el concierto seguía con Eclipse, Muerte Dulce y Vértigo, otro tema nuevo que habla del miedo, del miedo a lanzarse y atreverse con lo desconocido. Además, nos dejaba un momento tierno cuando Juanmi, que va a ser papá, recibía un regalo, un body para su futuro retoño. ¡Felicidades, Juanmi!.

El concierto estaba en todo lo alto, así que era hora de tranquilizarse un poco con la parte acústica, que vino de la mano de Diamantes, una canción que no suelen tocar habitualmente y que nos puso la piel de gallina por el sentimiento y todo lo que transmitía Alex sobre el escenario mientras la cantaba acompañado de forma majestuosa por Juanmi.

El último invitado de la noche fue Sean de Dinero, ya que Góngora, de Loudly, no pudo llegar a tiempo por culpa de un incidente en la carretera. Esperamos poder ver esa colaboración pronto. El pasajero fue el tema elegido para esta última colaboración entre ambos, haciendo que todos los asistentes nos viniéramos arriba y lo diéramos todo de principio a fin.

Aunque sin duda alguna donde se montó la fiesta padre fue con Tribal, en la que Alex pidió que subieran al escenario todos los invitados (y los Bitches Deejays, que están en todas partes y qué sería un buen fin de fiesta sin ellos), haciendo que el escenario se viniera abajo con todos saltando, cantando, gritando, creando un momento único y especial de exaltación colectiva. Incluso Sean y Fito, se atrevieron con las guitarras, Alex de Kitai a la percusión, los Bitches animando el cotarro…
Creo que nunca había saltado tanto en mi vida y no exagero. Todos lo dimos todo, eso está claro. En definitiva, fue un concierto memorable y para recordar y que marcará un antes y un después en una banda que desde que la conocimos no ha dejado de crecer y superarse en ningún momento. ¡Enhorabuena, amigos!
Por último, no puedo menos que terminar esta crónica que dándole las gracias a All Sounds Promotion por contar siempre con nosotras y por supuesto, a Gema (@GemaEsRo) por capturar una noche tan mágica con estos fotones. ¡Nos vemos en el próximo concierto!
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