El pasado jueves pudimos disfrutar del directazo de Ángel Stanich, que llegaba a La Riviera de Madrid para presentar de una tacada soy último disco, Antigua y Barbuda, y su EP más reciente, Máquina. Teníamos muchas ganas de verlo por la capital así que La Riviera no tardó en llenarse para darle calor al cántabro y su Stanich Band.
La noche comenzó con Golpe en la pequeña China, que desde el primer momento dejó patente el carisma y las ganas de Stanich. Para luego continuar con una de sus grandes canciones e incendiar al público con Escupe Fuego, que hizo las delicias de los presentes, que no dudaron en corearla junto al cantante de principio a fin.
Pero esto no había hecho más que comenzar, llegaron temas como Mezclaito o Mañana, que su público disfrutó viendo como el cántabro también disfrutaba sobre el escenario. Y es que él sabe como entregarse a su gente y lo demostró con Galicia Calidade, con un cambio de ritmo final épico que levantó al público madrileño.
Esto fue una nueva introducción para su nuevo single, Que será de mí, dónde demostró una vez más que tiene un directo impecable y cuidado y que era una noche muy especial. Luego, llegaron Camino ácido y Le Tour 95.
A la Stanich Band aun le quedaba mucho fuego que mostrar y es que se estaban reservando lo mejor para el final. Salvad a las ballenas, otra de sus nuevas canciones, hizo las delicias del respetable y dejó un mensaje ecologista e incendiario en la sala. Para a continuación marcarse una versión de 7 de Septiembre de Mecano.
Y entonces llegaba uno de los momentazos de la noche, acompañado del gran Iván Ferreiro, cantaron juntos Hula Hula, aunque los problemas de sonido no dejaron una actuación para el recuerdo, la química entre los dos artistas junto a una gran canción hicieron las delicias de los allí congregados.
Con Señor Tosco se cerraba el concierto, a falta de que llegara la artillería pesada en forma de bises. Y no había mejor forma de comenzar que con Abraham Boba junto a él en el escenario, sonaba Un día épico, como épica estaba siendo la noche de Stanich. Con ellos dos llegó el momento de máximo disfrute y exaltación, demostraron la química que hay entre ellos, y no pararon de moverse y darlo todo sobre el escenario.
Pero el arsenal del cántabro no había acabado, llegaba otro gran tema, El Outsider, que desembocó en unos de sus grandes himnos. Coreado por toda su gente, Carbura!, elevó los decibelios de La Riviera, preparando al público para un final apoteósico.
Pero ahí no quedaba todo y es que llegaba el más puro rock and roll de la mano de Metralleta Joe, ya estaba el fuego desatado, ya estaba el público enamorado de Stanich, porque lo que está claro es que o lo amas o lo odias, así es él y así es su música.
Para el gran final habían reservado el anhelado Mátame Camión, con el que llegó el baño de masas, el dar el todo por el todo hasta el final, y en eso Ángel Stanich sabe lo que se hace. Con la sala rendida a sus pies, se despedía la noche, demostrando que tiene mucho futuro por delante, y que con sus directos, su público va creciendo cada vez más. Porque es genio y figura, es descaro y talento. Y esperamos que pronto vuelva a visitar la capital de España y que nos brinde otra noche épica como esta.
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