Palencia Sonora 2018: cómo disfrutar un festival bajo la lluvia (Parte II)

Seguimos contándoos nuestras aventuras en tierras palentinas en nuestro primer festival de este verano, el Palencia Sonora, y proseguimos donde lo habíamos dejado, con la jornada del sábado, en la que el tiempo se mantuvo inestable durante todo el día, como no podía ser de otro modo. Tanto es así, que las chicas de The Grooves, encargadas de estrenar el escenario de la Plaza Mayor, tuvieron que retrasar el inicio de su concierto hasta asegurarse de que iba a poder celebrarse en las condiciones óptimas de seguridad para todas las partes.

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Aun así, la espera mereció la pena y nos ofrecieron una buena dosis de rock electrónico, demostrando que las chicas son guerreras y poniendo «al mal tiempo, buena cara» haciéndonos bailar a todos los presentes con sus temas. Un detalle que nos encantó fue ver a tantos niños y niñas en las primeras filas, sentados en el suelo y disfrutando del concierto junto a sus padres. ¡Es genial ver a las nuevas generaciones de mini-festivaleros disfrutar tanto! Otro detalle a destacar del concierto, es el gran discurso que dio María, su vocalista, en favor de la igualdad y el respeto a las mujeres y de la libertad, algo que tal y como están las cosas hoy en día es muy necesario recordar, desgraciadamente.

Entre las canciones del repertorio, hay que destacar Arde, una de las canciones más conocidas del grupo, y con la que pusieron toda la plaza patas arriba, o Aullido, otro hit bailable con el que demostraron que han llegado para quedarse. Además, nos presentaron los temas de su último trabajo, R3SET, que vio la luz en enero del año pasado y que ha sido producido por David Kano en Hit Boutique Studio. El concierto terminó por todo lo alto y con Hills bajándose del escenario para entremezclarse con el público y demostrar su maestría con el saxofón. Sin duda, un concierto de altura con el que recargamos pilas para todo el día.

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Tras ellas, nos fuimos corriendo a la Plaza San Miguel para darlo todo con Joe Crepúsculo, que tuvo el gran gesto de esperar a que terminara el concierto de The Grooves, para empezar con el suyo. La plaza estaba a reventar y ni la lluvia podía contener el ambiente festivalero que se respiraba. Además, como ya es tradición, algunos bares de la ciudad ofrecían sesiones de DJ con música de la buena para amenizar la sobremesa, aunque el clima si que impidió que tuvieran tanto éxito en comparación con el año pasado.

Por la tarde, los encargados de inaugurar la jornada fueron Julieta 21, de los que tengo que decir que nos perdimos el principio del concierto, ya que hubo un retraso en la apertura de puertas de acceso al recinto que hizo que entráramos más tarde de lo habitual. Aun así, tenemos que destacar canciones como Me están buscando o Antiestática, pertenecientes al último disco del grupo, Alerta, lanzado a finales del año pasado.

Lo mejor estaba aun por llegar cuando Víctor Cabezuelo, Julia y compañía, los grandes Rufus T. Firefly, salieron al escenario y se marcaron una proeza a la altura de unos pocos privilegiados, dar uno de los mejores conciertos de su vida bajo una lluvia casi torrencial que no dejó de caer en prácticamente todo el concierto. Pero los festivaleros somos gente valiente y si hay que aguantar un poco el chaparrón por ver a uno de los mejores grupos del panorama nacional pues se aguanta. Y es que muchos resistieron bajo la lluvia sin dejar de darlo todo y gozar con temas como Río Wolf, Última noche en la tierra o Nebulosa Jade, de un gran disco como es Magnolia. También pudimos escuchar casi en primicia y por primera vez Loto y Demogorgon, dos de mis canciones favoritas de Loto, la segunda parte de Magnolia, como el propio grupo describe. En definitiva, ni la lluvia pudo con semejante genialidad.

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Fotografía: C.R. Villanueva

El festival seguía su curso y aquí debemos hacer un inciso para felicitar a la organización, ya que a pesar de todas las adversidades climatológicas consiguieron que todos los conciertos se realizaran con normalidad y sin apenas retrasos o cancelaciones. Y por supuesto, asegurando la integridad tanto de los músicos como del público asistente. Si hay que poner una pega sería el barrizal que se creó en algunas zonas del recinto debido a la lluvia, como los baños, donde tuvieron que poner unos palés para poder acceder.

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La noche continuó con Xoel López, el gallego nos presentó los temas de su nuevo álbum, Sueños y Pan, sin olvidarse de los grandes clásicos como Tierra o Madrid, que fueron coreados por todos los presentes. Tras él, pudimos descubrir a Papaya, un grupo al que no conocíamos pero que nos sorprendió por sus ritmos pegadizos y bailables y por el carisma de su vocalista, Yanara Espinoza.

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Pero sin lugar a dudas, el concierto que todos estábamos esperando con ansias era el de Dorian, que no defraudaron a los festivaleros y dieron un gran concierto en el que cantamos y bailamos como el que más con auténticos temazos como A cualquier otra parte, Los amigos que perdí, La tormenta de arena o Verte amanecer, entre otros. Un concierto en el que no faltaron el confetti, el humo y los acertados juegos de luces, y en el que pudimos escuchar de primera mano las canciones de su último disco, Justicia universal, entre las que podemos destacar Hasta que caiga el sol, Duele o Noches blancas, por mencionar algunas. Tengo que decir que fue un concierto muy especial, en el que disfrutamos al máximo, bailamos, saltamos y nos dejamos llevar como si nada más importara.

Como ya os comentamos anteriormente, los encargados de poner el punto y final a esta edición fueron la banda británica Hot Chip, junto a Medalla y Yahaira. Pero todavía nos quedaba algo que hacer antes de despedirnos de Palencia hasta el año que viene. Y es que el domingo por la mañana, pudimos disfrutar antes de marcharnos de Carmen Boza, a la que era la primera vez que veíamos en directo y que nos ganó con su desparpajo y con temas como Gran Hermano. Un acierto de la organización colocar carpas frente al escenario para que los festivaleros pudiéramos disfrutar del concierto pese a la lluvia, que cómo no, seguía en sus trece.

Y así con Carmen Boza de fondo, emprendimos la vuelta a casa después de unos días increíbles en Palencia, disfrutando del buen ambiente de la ciudad, del festival y por supuesto, tan llenos de buena música.

¡¡Nos vemos en Palencia Sonora 2019!!

 

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