Tom Odell deslumbra en su gran noche en La Riviera

El pasado lunes pude cumplir uno de estos sueños o quizás pequeñas metas personales que tu yo de la infancia o de la adolescencia desea y que con el paso del tiempo ves como alguno se acaba cumpliendo. Durante este último año, el trabajo de fotógrafo musical y en ocasiones, redactor, me ha permitido fotografiar a alguno de mis grupos favoritos y en este caso, ha sido el turno de Tom Odell.

Conocí al cantante británico allá por 2013 cuando sacó su famoso Another Love; en esa época yo tenía 13 años y por las mañanas mientras me preparaba para ir al instituto veía Kiss TV. Aunque no muchas veces encontraba temas muy afines a mí, otras como en el caso de Tom Odell, descubría singles que se han convertido en imprescindibles de mi BSO.

Fotografías: Jorge Herráez

Casi diez años después allí estaba con mi Nikon junto con los demás fotógrafos esperando a que apareciera el músico por detrás del escenario y se sentara en el gran piano que había en uno de los laterales. A pesar de que Odell se hizo esperar; el concierto empezó con media hora de retraso debido a que quería que todas las luces estuvieran apagadas para crear el ambiente idóneo, a las 21:30 apareció un chico con una americana negra y algo tímido que envuelto en una atmósfera de gritos y aplausos, se sentó en el piano y comenzó a tocarlo con una delicadeza asombrante consiguiendo callar a toda la sala. Sonaban los primeros acordes de Give a fuck, tema inédito de su próximo LP que saldrá el próximo 28 de octubre.

Tras esta canción y uniéndola, cantó Numb, todo ello con una iluminación muy sutil ideal para el ambiente que estaba creando. Sin dejar de tocar en ningún momento, pasó a Can’t Pretend y aquí el público sí empezó a aplaudir rompiendo el silencio anterior, pero en consonancia con la subida de volumen y ritmo del tema. Fue entonces cuando entró en escena el resto de la banda y se iluminó todo el escenario.

Al finalizar la canción y mientras los fotógrafos abandonábamos el foso, el músico británico procedió a presentarse, pero no tardó mucho en volver a su piano para tocar Sparrow.

Le siguió True Colours, la cover de Cindy Lauper que dejó al público boquiabierto con el juego de luces que conseguía un efecto de arcoíris que parecía salir de detrás del músico y su piano.

Si bien el público en las siguientes canciones no estuvo todo lo activo que cabía esperar ya que estaba más pendiente de grabar la actuación, Tom Odell siguió con su juego de mezclar momentos delicados con la potencia de su voz y es que, quien no conozca al cantante podría pensar que un concierto de rock de hora y media con alguien que está sentado todo el rato se hace pesado, pero Odell sabe bien como gestionar su espectáculo y quiere demostrar toda la energía que un piano y una voz pueden desprender.

Fotografías: Jorge Herráez

Con Grow old with me, todos volvimos a ese 2013 cuando Tom Odell sacó su primer álbum “Long Way Down”, y es que es cierto, que, aunque el músico ha sacado temas muy buenos y que demuestran la evolución del artista durante sus 10 años de carrera musical, el público sigue enamorado de ese primer LP que hizo despegar exponencialmente al músico.

Ya había pasado la mitad del concierto cuando llegó la única colaboración de la noche con sus dos teloneros, Cartwright y Oska. Se trataba de Half as good as you, tema de su álbum «Jubilee Road». Aunque a Cartwright no pude llegar a tiempo, sí disfruté de la actuación de Oska, una cantautora austriaca que ofreció un concierto muy intimista solo con su guitarra eléctrica, pero captando al público que se animó incluso a cantar el estribillo de una de sus canciones.

Fotografías: Jorge Herráez

Volviendo al concierto de Odell, era el turno de Magnetized y Hold me, dos canciones muy queridas por su público entre el que me incluyo y que sin duda fue uno de los grandes momentos de la noche, especialmente cuando toda la sala se puso a gritar «hold me!».

Tras este tema, Tom Odell y su banda salieron del escenario y comenzaron los habituales “otra, otra, otra” por parte de la gente. El músico no se hizo de rogar y volviendo a su piano y a la temática intimista con la que había empezado el concierto, se puso a tocar Fire.

Comenzaba así la recta final del concierto, unos bises que incluirían Money, Concrete y Smiling all the way back home. En esta última canción, Tom Odell explicó que el tema hablaba de su actual novia y de todos los sentimientos positivos que le provocaba. Sin embargo, la había compuesto tras un periodo muy triste de su vida y decidió dedicar el tema a todas aquellas personas que están atravesando un momento complicado, sobre todo en el terreno amoroso, dejando claro que vendrán días mejores y que esta canción es la prueba de ello.

Fotografías: Jorge Herráez

Finalmente, llegó el momento que todo el público estaba esperando, los primeros acordes de Another Love sonaban, y ese chico de 13 años que escuchaba por primera vez el tema desayunando antes de ir al instituto tuvo la oportunidad de escucharlo en directo. Esta vez, acompañado de una de sus mejores amigas de la universidad y dándose cuenta de todo lo que ha vivido durante estos 10 últimos años.

Y es que, además de todo lo que nos puede provocar la música y de las experiencias que nos da, también nos acompaña a lo largo de nuestra vida y está presente en todos aquellos momentos importantes creándonos nuestra propia banda sonora.

Sin duda, un concierto inolvidable.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Web construida con WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: